Hace unos meses, fui con mi hija a comprar una cartuchera para los lápices y bolígrafos de su colegio. Sin dudarlo mucho escogí un almacén de Totto, marca que me gusta por la calidad de sus productos y la evolución constante que han mantenido en el diseño de sus prendas y objetos. Involuntariamente, al revisar el interior de la pequeña bolsa escolar descubrí un letrero que me dejó perplejo: Hecho en China.
Tuve que hacer de tripas corazón para tratar de explicarle a la niña el motivo de mi desilusión. Empecé por contarle que durante muchos años he seguido y adquirido cosas de esa marca y que he visto con gran satisfacción sus tiendas en otros países. También le conté que hasta ese momento yo creía que todo lo que ellos vendían se fabricaba en nuestro país, generando empleo y bienestar para muchos trabajadores colombianos, sin llegar a imaginar que en realidad provenía de unas fábricas ubicadas en aquel inmenso y lejano país, donde los empleados trabajan por una miseria y donde muchos de ellos son tratados casi como esclavos. Ver más
No hay comentarios:
Publicar un comentario